El neoyorquino de 77 años Donald Trump, uno de los hombres más ricos del mundo, ha incorporado a sus pertenencias una nueva adquisición. Se trata de un Boeing 757, valorado en unos 73,8 millones de euros.
La aeronave ha sido comprada, a su vez, a otro multimillonario, Paul Allen, cofundador de Microsoft. En lo que respecta al interior del avión, todo en él rezuma elegancia y glamour. Veinticuatro quilates de oro recubren algunas paredes y accesorios. Asimismo, dispone de las últimas tecnologías en electrónica y comodidades que esperarse pueda. Tampoco falta el logotipo de la familia en varias zonas de la aeronave.
Uno de los habitáculos del avión se encuentra destinado al dormitorio principal, con cama de matrimonio, mesita de noche, escritorio y pantalla plana de grandes dimensiones (52 pulgadas), en la que se puede elegir hasta 1.000 películas para visionar. Igualmente, se ha reservado espacio para los dos dormitorios de la pareja Trump: uno para Donald y otro para Melania. En cuanto al cuarto de baño, del todo completo, destaca su ducha circular y un precioso lavabo con encimera de mármol y grifería chapada en dorado. Además, la mayor parte del avión está forrado de madera. Por su parte, la cabina principal se encuentra equipada con sillones en color beis, techos altos de ante y muros con paneles barnizados.
Fue precisamente durante un viaje rápido a Reino Unido, donde Trump cuenta con importantes negocios de tipo resort de golf, cuando presentó a los medios su nueva propiedad en compañía de su hija. Se ha de tener en cuenta, en otro orden de cosas, que hasta los accesorios más nimios, como los cinturones o las canillas, se encuentran recubiertos de oro. En cualquier caso, el gusto por lo exquisito no resulta nada extraño en el dueño del imperio inmobiliario más importante del planeta.